La sensibilidad dental es un dolor agudo o molestia en los dientes cuando se ingieren bebidas y alimentos fríos o calientes. Es muy común en verano, dado que se usa hielo para refrescar casi cualquier líquido, y afecta a una de cada cuatro personas adultas, en especial a los fumadores y a los que padecen enfermedad periodontal.

Consejos para prevenir la hipersensibilidad dental

Esta dolencia se produce, fundamentalmente, por una mala higiene bucal y afecta a los premolares y a los caninos. Además, una alimentación rica en azúcares y ácidos y el uso de los dientes para abrir objetos debilitan el esmalte. De esta manera, la dentina queda expuesta y sufre dolor al entrar en contacto con frío o calor.

Otra causa por la que aparece la hipersensibilidad es la toma de ciertos medicamentos y el cepillado de dientes excesivamente fuerte. También sufrir algunas enfermedades como la bulimia, por la que los accesos de vómito (y, por tanto, el vertido de ácidos gastrointestinales) son frecuentes.

¿Qué podemos hacer para prevenir la sensibilidad en los dientes?

Algunos consejos útiles son los siguientes:

  • Visitar al dentista de forma periódica: El profesional es quien mejor puede determinar si hay sensibilidad, las razones que la han ocasionado y el mejor tratamiento.
  • Tener una higiene oral correcta: Es recomendable cepillar los dientes después de cada comida; pasar el hilo dental y enjuagarse con frecuencia con un colutorio adecuado según las necesidades. Asimismo, el dentífrico debe ser fluorado y no debemos abusar de la pasta blanqueadora.
  • Mejorar las técnicas de cepillado: Muchas veces cometemos el error de lavarnos los dientes rápido y de una forma muy brusca. Ni una cosa ni la otra favorecen a nuestra dentadura. El cepillado debe durar, al menos, dos minutos y realizarse de manera sutil a través de movimientos circulares.
  • Cambiar el cepillo cada tres meses: Incluso, puede que sea necesario reponerlo antes de transcurrido ese tiempo, ya que las cerdas han comenzado a abrirse y ya no ejercerán su función correctamente.
  • Evitar romper o abrir cosas con los dientes: El esmalte puede fracturarse y la pieza quedará totalmente expuesta.
  • Prestar atención al bruxismo: Si existe sospecha de que apretamos los dientes, es preciso corregir este hábito o usar una férula de descarga durante las noches. Con ello, evitaremos considerablemente el desgaste dental en el futuro.
  • Reducir el consumo de alimentos ácidos y azucarados: Los primeros debilitan el esmalte, mientras que los segundos atraen a las bacterias y propician la aparición de caries. Si controlamos la ingesta de estos productos, es necesario que nos lavemos los dientes inmediatamente después de comerlos y esperar un rato si se ha tomado algo ácido.

Tratamientos para la sensibilidad dental

Una vez que la sensibilidad está diagnosticada, existen distintos tratamientos o productos con los que mejoraremos los síntomas de esta dolencia. Algunos de los más destacados son los siguientes:

  • Productos especializados: Por ejemplo, una pasta dentífrica desensibilizante, que mitiga el dolor. Debemos consultar a nuestro dentista sobre la más adecuada según cada caso.
  • Fluoruro: Este tratamiento debe hacerlo el especialista. Es muy beneficioso, dado que fortalece el esmalte y reduce las molestias.
  • Resina adhesiva: Es una sustancia que se aplica a las superficies radiculares sensibles. También debe realizarlo el odontólogo.
  • Tratamiento de conductos radiculares: Si otros remedios no han funcionado, el profesional nos aconsejará esta técnica, la cual soluciona los problemas en la pulpa dental.

En definitiva, tener sensibilidad dental es más común de lo que parece. La buena noticia es que tiene solución y que podemos introducir muchos hábitos en el día a día que previenen el trastorno o reducen las posibilidades de que acabe apareciendo.